28 agosto 2011

¿Armado o en bolsita?

Fotografía: Anónimo


William Puche Barraza | Septiembre 2010 |

Así como el famoso y tímido personaje del comic Clark Kent teme continuamente por el descubrimiento público de su identidad secreta como Superman, mi personaje, el cual  desea pasar anónimamente desapercibido para esto distorsionaré su nombre, se desenvuelve de la misma manera entre las complejas cortinas de paralelismo de identidad que el primero. Ante los ojos estatales y chismosos de la sociedad, Fidel Burns* es solo un sencillo e ingenioso estudiante universitario en busca de la tan anhelada felicidad que desde niños nos han enseñado a soñar. Pero ante las reveladoras miradas rojas, elevadas y relajadas (ojos que fuman naturaleza) que recurren a sus servicios, no es más que un reservado, serio y muy distante jibaro que sacia la sed de quien desee volar, a cambio de una ‘sumita’ con un pequeño valor agregado que, según él, le permite cumplir todos sus placeres, gustos y caprichos con los ingresos que gana mediante este clandestino y concurrido oficio.

Jibaro –dealer– podría ser relacionado con un mensajero o un repartidor de comida rápida, solo que en este domicilio, la entrega puede ser llamada: marihuana… o en sus nombres más comunes: porroganjahbareta… O como la llama un amigo, la puta de las flores.  

En fin, este relato retrata el detrás de cámara de ‘la vuelta’ contada por este misterioso y serio joven de lentes con aumento, excéntrico corte de cabello y amante de Linkin Park. Llamado parcerito por sus clientes, esta ‘ficha clave’ para la Policía y lo ilegal, hace su aparición en esta historia de la siguiente manera…

Había una vez...

Otra pesada semana universitaria terminaba con la promesa de un acogedor y relajante fin de semana el cual terminó fuera de lo normal, salido totalmente del amplio contexto que yo llamo rutina improvisada… Es viernes por la tarde. El día está soleado y las ganas de quedarse en casa son insoportables. Nada interesante que ver mientras hago zapping en la TV, el teléfono de tanto esperar se quedó dormido, nadie te ha escrito un mail y tu celular parece que estuviera –previamente programado- en modo avión: es decir, fuera de cobertura. Todo parece un film de larga y aburrida dirección proyectada en alguna incómoda sala de cine donde sólo se escuchan ronquidos. Todo tan repetido hasta que el destino decidió cambiar mi actual situación.

Escuchar el ladrido hecho timbre de mi apartamento fue una excusa clara para recordarme que aún andaba vivo: simplemente me encontraba aburrido y estaba contagiado de un virus muy conocido y demasiado frecuente llamado: GA-DE-JO.

GA-DE-JO: Dícese de aquella persona que se encuentra con Ganas DE JO-der y no se presenta (no hay) nada para hacer.

10 minutos después

Luego de la eufórica reacción que tuve al darme cuenta que un viejo amigo era quien anunciaba su visita él había accionado el timbre, el interés por tomar el hilo sobre lo último que habíamos hecho no tuvo que esperar. Conversaciones acompañadas de viejas anécdotas de nuestra pre-adolescencia en Montería más la pronunciación de futuros proyectos por parte de ambos, nos condujo hacia una parada algo fuera de lo normal… Nada de lo que habíamos conversado hasta el momento fue sorprendente para mí hasta que escuché algo poco claro muchos minutos después…

- ¡Hey Will! ¿Puedo invitar a un parcero a tu casa para que me ayude con un trabajo?
- Mientras no venga con ganas de incendiar la casa está todo bien
, fue mi tranquila y precavida respuesta.

A veces pienso que las cosas uno mismo las atrae…

30 minutos más (tarde)

-‘’! Hey men! Te presento un parcero de la U…’’ fue la forma en que me presentó mi amigo a un inexpresivo y calmado muchacho.
– Mucho gusto, parce. Fidel Burns*
– William. ¿Cómo vamos?
– A parce, bien. Voleando mucho.
– Bienvenido, pasa adelante.
– Permiso. ­
– Todo bien, dale.

Hablar de música, de viajes hechos, de viejas y de nuestras carreras universitarias, era el trasfondo de las canciones de reggae, rock y electrónica que escuchábamos mientras jugábamos X-Box en mi habitación. No hubo la necesidad de decidir que íbamos a jugar, simplemente se escuchó: ¿fútbol o qué?, así que encendí la consola e inserté el Dvd de Winning Eleven para aumentar las ganas de ver rodar el balón y celebrar algún gol. 

Un mal pase al vacio, varios fuera de lugar, una sustitución que no salió como habíamos pensando y varios goles en contra celebrados por la computadora, nos dio a entender que jugar nosotros tres en un equipo contra la maquina en dificultad 5 estrellas no había sido la idea más brillante que se nos pasó por la cabeza. Así que para limar asperezas decidimos comprar por domicilio algunas cervezas con la idea de refrescar el paladar. Unos estofados de carne mejoraron la idea, así que mientras esperamos la llegada de nuestro pedido nos quedamos viendo (entretenidos) Futurama en la TV.

En ese momento de espera fue que mis ojos incrédulos escucharon algo de lo que en las calles y en las noticias se habla a diario… Ser consciente de lo que ocurría fue lo que me motivó a contar lo que en esa noche pasó.

Estofados de carne más cervezas (15 minutos luego)

Una vez el domicilio llegó a mi casa, la conversación que teníamos pasaba de interesante a peligrosa: de política a música, de video-juegos a películas, de OVNIS a mujeres… Todo lo que se nos pasaba por la cabeza lo poníamos sobre la mesa. No faltaban los desacuerdos o puntos encontrados y polémicos en algunos pensamientos dados por los tres, pero decidimos colectivamente que los Simpson eran (y serán) la mejor serie animada de crítica pública y abierta a la sociedad actual a modo de burla y sátira. 

Los estofados desaparecieron en un par de segundos mientras que las cervezas se enfriaban poco a poco en el congelador. La noche bajó un poco la temperatura que había dejado la tarde y se encontraba ahora bastante fresca. Mientras hacíamos digestión en el living de mi apartamento, retomamos la ‘conversa’ que gracias a la comida habíamos dejado a un lado. Un comentario inocente de mi parte produjo un poco de complejidad y complicidad entre mis dos invitados:

– No saben las ganas que tengo de entrevistar a un dealer. Sería del putas escuchar su historia aunque ese medio es como jodido y es mejor mantenerse distante, dije al referirme a una entrega que tenía que realizar en la universidad.
– ¡Men! ¿Qué le preguntarías?, me preguntó Fidel en tono burlesco pero a la vez intrigante.
– Su historia, el mundo en que se desenvuelve, otro lado de la historia… Es el anti-héroe del cual quiero escribir.
– ¿Y el nombre lo publicarías?, preguntó uno de ellos mientras yo me dirigía a la cocina por varias cervezas.
– Lo cierto es que no, respondí a quien me hubiera hablando. Su nombre se cambia y listo, no pasa nada…pero su historia continúa. Lo que me interesa es la historia. ¿Por qué? ¿Conocen alguno?
– ¡Cucho! Esta vez era mi amigo quien me hablaba en tono serio pero cuidadoso: Este parcerito acá surte. Él vende…

Muchas horas después (perdí la noción del tiempo)

Lo único que quería hacer esa fría madrugada luego de escuchar la historia de Fidel tan llena de altibajos, sabores agridulces, adrenalina y miedo, plata y secretos era descansar. Necesitaba recostar la cabeza sobre mi almohada y olvidar todo lo que había sucedido; el inclemente sueño que tenía cubría de sombras la poca luz que se filtraba por la ventana de mi habitación. Mis ojos necesitaban flotar entre muchas ‘ZzZ zZz’. Varios bostezos fugados de mi boca me dio a entender, mientras me dirigía a mi habitación, que mis pies ya no querían sentirse oprimidos por mis zapatos; era tiempo de deshacerme de éstos y dejar libres a esos dedos encarcelados por el cuero.

Mientras escuchaba como mis zapatos chocaban contra el piso, luego de ser expulsados por mis ‘manos’ inferiores, el contacto de mi cuerpo con el algodón de las sábanas de mi cama produjo un estado ultraliviano en mí. Parecía que al fin conciliaría el tan preciado sueño que buscaba…hasta que volvió a mi mente el relato de Fidel. Cada escena, cada descripción, cada gesto, formaban un conjunto de letras que me obligaban a escribir éstas primeras oraciones. Decidí girarme boca arriba y mirando el techo, frío y blanco, de mi alcoba, vino a mí un recuento de lo que había pasado.    

Momentos antes

Inicios

"Parce, yo inicié en esta vuelta por un parcero del colegio (INEM), mi mejor amigo. El papá de él andaba en negocios raros y él vendía en el colegio, así que de ahí fui aprendiendo…además la necesidad de darme mis gustos me llevó a este punto. Nunca me ha gustado la gente codiciosa pero en cierta medida se debe ser ambicioso. Me gusta la plata y me gusta tener mi negocio propio, ser mi propio jefe. No me agradan esos hijos de ‘papi y mami’ que cuando quieren algo simplemente lo piden y, por ‘obra del espíritu santo’, lo obtienen. Si quiero algo, puedo conseguirlo. Ese cuentecito de vender por ganarse un ‘respeto callejero’ es una estupidez, yo no me meto en la novela de las pandillas que vemos todo el tiempo. Tal vez sea porque soy muy de buenas o he hecho todo mal, pero nunca he tenido encontrones con nadie. No me gustan las peleas…"

Mientras divago dando vueltas en mi cama, el cansancio parece un gordo inmenso invisible aplastando cada parte de mi cuerpo. Aunque son altas horas de la madrugada, voy recordando un poco más de la conversación que recién había tenido con Fidel, mejor conocido como Harry Potter (apodo que tiene desde 8vo. de secundaria). 

"(…) ¡Parce! Las redes de comunicación que se manejan en este negocio son muy extrañas, ¡men!, Todos se conectan con todos: desde el que empaca el producto hasta el que se lo fuma relajado en su casa. Esto es una cadena brava en que ni Ud. me conoce, ni YO lo conozco a Ud. En cualquier momento te puede ganar el miedo, y ‘mera vuelta’ en la que te metes. Siempre se está en riesgo de que te ‘pillen’…ya sea la Policía o los papás de uno (peor aún), pero la adrenalina que te da es una ch!m%@... Eso sí, yo sé lo que me pasaría si me descubren, pero he andado con suerte. La ‘tomba’ en medida te ayuda –si los ayudas– y se hacen los ‘huevones’… Esos son otros que no se quedan atrás..."

Nudo

Una leve y fría corriente de aire se coló por la ventana de mi habitación produciendo un grado de concentración en mi cabeza: Seguía –en la oscuridad de la madrugada- pescando un poco de sueño usando de carnada a mi insomnio, solo que ahora ‘brisas frías’ frecuentan mi cuarto. En un impulso de segundos, tropezando con todo lo que mis ciegos pies encontraban en el piso, cerré la ventana y la temperatura volvió a ser de mi agrado. No les miento, pero en ‘clavado’ me lancé a mi cama intentando dormir. Mientras lograba mi objetivo, pensé como sería mi vida si yo fuera un dealer: la verdad es que no me gusta esa guerra.

"(…) Barrio Antioquia es una ‘olla’ completa, nea. Mera vuelta eso por allá. La comunicación que hay en esos lados no falla…en cuestión de segundos todos los que tienen alguna plaza ya saben que dentro de 5 minutos –exactos– la Policía pasará por ahí. Todo el tiempo distraen a los patrulleros mientras los vendedores cierran las casas (decoradas con fuertes rejas en puertas y ventanas) donde guardan/esconden toda la ‘merca’. Pero los ‘tombos’ no son bobos, ellos saben quién es quién en ese negocio…simplemente esperan el momento para atacar. Cuando les conviene están de un bando, cuando No, están del otro. Si ellos quieren se dejan ‘comprar’ o ‘revenden’ lo decomisado en el mismo mercado…incriminan a cualquiera y ¿Quién les dice que NO? Así es la sociedad…como Grand Theft Auto, solo que real. 

A mí por ejemplo, me contactan por el celular, me dicen cuánto y donde, y voy hasta la residencia de la persona (el transporte público es una chim#@), me pagan y ¡suerte! A veces son mujeres, a veces hombres…estudiantes, profesionales, ejecutivos, papás, trabajadores…he visto la gente más impensada dándose sus ‘plones’ como si nada raro sucediera. Yo sé que lo que hago no es correcto, pero yo no he enviciado a nadie: no le vendo a menores o ‘primerizos’. No soy nadie para juzgar a alguien, pero cada quien en su tema".          
  
Día 2 (7:00 am)

Cuando la canción Porcelain de Moby sonó en mi celular, la reacción inmediata que tuve fue oprimir todas las teclas de éste hasta encontrar el modo de desactivar la alarma habitual y mandar a la mier#@ mi móvil…no quería despertar aún… todavía disfruto las mañanas de los sábados para descansar. Había mucho sueño por soñar…

Día 2 (11.28 am)

Cuando al fin desperté por voluntad propia, sentí de regreso la vitalidad del alma recién recargada. Ya casi era mediodía y el sol invitaba de nuevo a salir a jugar por ahí. Enfocar y desenfocar no es mi actividad favorita, así que esperé a que mis ojos espabilaran lo suficiente como para ver con luminiscencia y confianza la claridad colorida del nuevo día. Miraba en cámara lenta el techo de mi habitación. Mis ojos se movían como un Stop Motion.  

A un lado de mi cama, una mesita de noche sirve como base para mi grabadora digital, varios lapiceros algunos sin tapas, pocos libros y, notándose por encontrarse entreabierto, mi agenda conteniendo las notas que tomé del relato de Fidel. Con fastidio agarré (por tener que moverme en ese momento tan cómodo) el cuaderno y al abrirlo, lo primero que  vi –al azar fue:

"(…) ¡Parce! Una vez estuve ‘enfierrado’…fue un momento muy difícil en que me sentía perdido y las condiciones se prestaron para tal. Me conseguí un revólver .38 de Industrias Argentinas por $120.000 en un ‘segundazo’ en el centro. Pero men, eso es una vuelta toda enchimb!#@... Estuve dos semanas cargando el revólver, y eso es igual que tener contigo un problema andante. Te sientes intocable, como blindado contra todo. Un ‘dios’ que confunde los humos y por cualquier cosa inicia una pelea. El egocentrismo te desvía del camino, y claro, los problemas no se hacen esperar. ¿Pa’ que le cuento?  Una vez, le di la mano a un fariseo, le di el ‘plant’ y le presenté la gente adecuada. Pasados 2 meses, se me torció y comenzó a caga#!3 las cosas a mí (cosa que no me gustó). Lo hice abrir del parche (en buenos términos), solo que el resentimiento le ganó y se estrelló contra un muro. No me gusta la violencia para nada. Las peleas no dan plata: son pérdida de tiempo y energía, pero como todo ser humano tengo mi tope.

El día que se metió con mi mejor amigo, perdí toda noción de respeto por la vida humana. Fue tan cobarde de agarrarlo entre varias personas, pegarle hasta dejarlo en el piso casi sin poder respirar, con 2 costillas desplazadas... ¡No nea! Mal, mal, mal…se trató de esconder, mes y medio me demoré pa’ encontrarlo. Cuando lo tuve ante mis pies, con el calibre .38, el hp estaba suplicando, llorando, pidiendo disculpas y jurando en el juramento. Sentí un odio corrosivo que me llenaba la cabeza, pasaba por el brazo y se acumulaba en el dedo índice con que soportaba el gatillo…Fue la decisión más difícil y acertada que tomé en la vida... Se lo metí en la pierna.

Mientras mis dedos seguían pasando las recientes hojas escritas sobre la historia de Fidel, encendí la grabadora digital y busqué el último track grabado en ésta. El pitido de ésta sonó y el segundero arrancó desde 00:00:00 hasta llegar a:

Desenlace

Promesa

"(…) ¡Parce! Lo que sí puedo decirte es que cuando yo cumpla 20 años, dejo todo, pero todo lo relacionado con este negocio. Esa es una promesa que le hice a mi abuela luego que falleció. En este mercado toca estar pilas en todo y no hay cuerpo que aguante. Además es mejor retirarse ahora y no dar más ‘visaje’… Mis compañeros de la U serán mis futuros colegas profesionales, así que hay que cuidar la imagen de uno. Además, así evito malos entendidos con mis papás y trato de llevar una buena relación con ellos…en especial con mi ‘cucho’, él es generación antigua, conservadora, que considera las drogas como tema tabú. Mi mamá es más relajada pero no dejada. Ella trabaja en Rehabilitación de adicciones en un reconocido hospital de la ciudad. A veces creo que varios de mis clientes son pacientes de ella. Pero bueno, quiero mejorar las relaciones con ellos.

Esta vuelta también te molesta un poco con la persona con quien estés saliendo. Con la ‘poya’ también sucede lo mismo pero no de la misma forma…trato de ser misterioso cuando ella me pregunta algo, siempre le digo que confíe en mi y más tarde le cuento. Pero la sospecha siempre está ahí por parte de todos lo que me rodean pero trato de darle un buen camino a las cosas".

Final


Promesas

"¡Men! Me quedan menos de 6 meses para plantearme en forma que otro negocio puedo montar. Quizás no tan emocionante ni tan divertido, mucho menos lucrativo, pero que me mantenga activo y con la mente ocupada. Me dedicaré a seguir con mi carrera: dibujar y escribir a tiempo completo".

Cuando la grabadora por fin dejó la marcha, y el silencio se hizo visible, no sabía que decir o pensar. Tantos puntos en contra terminaron en mí con la idea de querer escribir esto y no dejarlo perder en el afán del tiempo.

Aquí termina este fragmento de historia y lo desconocido está por continuar. En este film llamado vida– todos tenemos un papel o rol, ya sea protagónico, secundario o de extra, que nos hace cómplice de eso que menos queremos. Esta trama no es más que la mentira de mundo que queremos y la real verdad del mundo que hacemos. Todos hemos comimos voluntaria o por engaño del fruto CORRUPTO.


En algún rincón de esta enorme ciudad, alguien escribió estas líneas:  


I

Hay momentos que la perspectiva de la vida te cambia del todo... Que te preguntás: ¿por qué teniendo tanto, sientes no tener nada? Cuando te dedicas a esto, aprendes a sobrevivir la desolación, a distinguir las máscaras de las personas y a darle a las cosas su verdadero valor, a no medirlas como buenas y malas, porque todo va tan rápido que no hay ni tiempo ni espacio. Te acostumbras a llevar las cosas al extremos... Se llega a un punto en el que se pierde el sentimiento al miedo, o quizás he caminado ciego por mucho tiempo.

Diario cuando me levanto, miro en el espejo mi propia imagen que me dice: ¿cuándo vas a parar? Son interrogantes que me tratan de limitar, pero todos soñamos con alcanzar algún día las nubes, ¿no? Aunque dicen que la forma en que construyes las escaleras es lo que hace la diferencia, pienso que depende de la moral de cada cual.A veces siento en mis hombros como si cargara el mundo. Durante mucho tiempo esperé a que pasara el tren adecuado, y ahora que llegó no sé que hacer... No soy ni un santo ni un mártir, nada de eso, pero a pesar de que la malicia del hombre es infinita, a veces siento que llego a tocar el extremo. 

Diario de Fidel Burns*
*Nombre inventado por sugerencia

21 agosto 2011

Amor ≠ Necesidad

Tras una bocanada de su habano –con su acento a sincopado– me dice: "No confundas la necesidad con el amor, chico. Porque cuando la necesidad busque al amor, éste le dirá que nunca la ha necesitado".  


16 agosto 2011

Ley Lleras para dummies


Fotografía: Patrick Chappatte

William Puche Barraza | Agosto 2011 |

Si usted se considera “artista”, y tiene la original y brillante idea de subir/compartir en la web una creación propia (llámese composición, inspiración, o cualquier sinónimo atribuido a una propiedad intelectual), debe tener en cuenta ciertos aspectos que aún no son muy claros en un país llamado Colombia. Esto es lo que acontece en mi país…
4 de abril de 2011. El Ministro de Justicia & Defensa, Germán Vargas Lleras, presentó ante el Congreso de la República un proyecto de ley que intentará erradicar la piratería y/o violación de Derechos de Autor en Internet. Dicho más simple. La Ley Lleras (o este bosquejo de ley) busca regular el uso de los contenidos protegidos por el derecho de autor en la web. Pero este proceso no es tan simple. Dicha regulación se ejercería a través de los Proveedores de Servicio de Internet (ISP), las cuales tendrían un papel activo en materia de ¿control y vigilancia? de los contenidos publicados por sus suscriptores –usuarios– en la red.
¡Explicado con plastilina!
Si usted es autor* de una canción y comprueba la existencia de un portal web en el cual se reproduce y/o distribuye –lucrativamente– su canción, no cunda el pánico. Según los parámetros del proyecto de ley, usted deberá presentar una queja ante la ISP demostrando la vulneración a sus Derechos de Autor. La ISP –evidenciando la petición– será la encargada de presentar los cargos ante el usuario infractor y posteriormente, retirar el material de la web en un lapso de 72 horas. Por último, el usuario infractor de la ley tendrá que atenerse a los estatutos gubernamentales implicados según la violación a Derechos de Autor.   
Ahora, si el usuario infractor apelara –por escrito– la decisión de la ISP presentando pruebas que argumentan que el material fue removido/censurado injustificadamente, no cunda el pánico. Usted –el autor– podrá acudir ante un juez para que éste acuerde en un “tiempo razonable” una decisión final (ante el material en cuestión) y finalmente, la remita ante la ISP.
Si usted al leer estas líneas está recordando que la última entrada que publicó en su website/blog incluye material no autorizado, no esté nervioso ni mucho menos esté comiéndose las uñas. Lo más probable es que las autoridades competentes (se asume que la ISP) te asignen una responsabilidad civil, pero nada más. Sin duda, el detalle sobre violación de Derechos de Autor radica en el lucro que usted obtenga de dicho material cuestionado. Es decir, fines comerciales.


Ahora, si usted es de aquellos que venden, publican y ponen a disposición –ilegalmente– obras protegidas en la red... Es decir: “se lucra mediante la visualización o descarga del material”, podría estar presentando fuertes atribuciones políticas en su pasado judicial. Podría estar descargando una sentencia a juicio y posterior condena.     
¿Pronóstico / Direcciones?
En caso tal de establecerse esta ley en la Constitución del ’91, podría pensarse que el sistema judicial del país estaría atestado/apestado por demandas y procesos civiles de esta índole. Por ende, debe suponerse una preparación –calificada– del poder Judicial para estos acontecimientos venideros en su agenda, ya que las medidas de dictamen estarían sobre la balanza usuario vs autor.
Por otro lado, ¿significa que la ISP ejercerá un ¿control de rastreo? sobre el material publicado/compartido por los usuarios? De ser así, se supone una identificación por parte de cada usuario donde se reconozca la autenticidad de éste al compartir/descargar/publicar material en la red. En este caso, será la ISP el filtro del contenido exhibido en la web por parte de los usuarios según lo estipulen los Derechos de Autor… Pero, ¿qué tanto poder tendrán las ISP tomando estas medidas? Es válido pensar que la regulación del acceso a Internet pueda producir censura en detallados y amplios sentidos. Mi punto es: ¿se llegará a tal extremo?
Internet no puede ser visto sólo como un medio de distribución llanamente. Es un espacio donde el esparcimiento del conocimiento ha proliferado y llegado a rincones inimaginados. ¡Pero ojo! Esto no es una justificación a un proyecto de ley que debe rendir cuentas a las demandas del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.
Hablar de una ley anti-piratería en un país donde se violan los Derechos de Autor en cada esquina –por una módica suma– es trascendental. Es cierto. Los artistas merecen justas y necesarias remuneraciones económicas por sus obras. No podemos pensar que su trabajo sea gratuito, ya que lo gratuito no se valora. Si eres bueno haciendo algo nunca lo hagas gratis”, dice entre risas el Guasón. Sin embargo, soy partidario que el conocimiento no puede ser encerrado para ciertos privilegiados. El pueblo necesita educación a como de lugar. No podemos regresar a la época del Oscurantismo.

¡Obvio! Existen intereses económicos detrás de esta cortina de humo cargando la pregunta intriga que rodea todo este misterio: ¿A quién se protege? ¿A la Industria o los Derechos? Pero ante todo: ¿Qué dicen los autores sobre esta problemática?  

10 segundos...


No seamos cibernautas extremistas, ya que los polos terminan pareciéndose. El acceso y uso de Internet es lo que está en juego y depende de nosotros que medidas se tomen al respecto. Demostremos que la democracia no es una vieja que se suicidó en los libros de Historia.

¡La Ley Lleras nos afecta a todos! Esto es solo un pensamiento en voz alta, ya que aún nadie predice el futuro con exactitud.
Seguiremos con la emisión luego de unos mensajes institucionales…


*Persona física que crea la obra.

15 agosto 2011

"La idea es llegar a Argentina: pero sin planearlo"

Fotografía: Aldana Gómez Agüero

Llegar sin pensarlo, acercarse sin pedirlo y un viaje diario resumido en aprendizaje, es el objetivo. Despertar sin conocer hasta donde se llegará, es el norte adonde apuntan las brújulas de las ‘mochileras’ argentinas Aldana Gómez Agüero y Yanina Belén Aguirre.

Por: William Puche Barraza | Junio 2010 |

Cuando sus pasos estaban en su natal Córdoba Argentina, las ganas de viajar eran inevitables. Despertar viendo la puesta de sol sobre el majestuoso lago Titicaca (Altiplano peruano-boliviano), o desayunar algún exquisito plato típico en las costas brasileñas, era ‘justo y necesario’. Recorrer el continente latinoamericano y descubrir sus raíces, respirar sus diversas y opuestas culturas, entender el mensaje de cada himno nacional y sentirse parte del mundo, son la firma renovada que trazan en cada viaje estas dos ‘mochileras’ que gracias a las caras del azar, comparten un pedazo del destino. Este es sólo un fragmento de vida de dos personas que se unen para contar la misma historia: viajar dejando el miedo atrás.

El día empieza y la rutina intenta acercarse a las manecillas de mi reloj. 4 de junio del 2010. Todos los planes que haré en mi día ya están organizados alfabéticamente y en orden cronológico. Todo en mi agenda, salvo una cosa: encontrarlas sin buscarlas. Un email de un amigo en común es quien me dice que ellas existen y que están pasando por Medellín. Una llamada de número desconocido a mi celular, fue la prueba de que todo lo que sucedía, era cierto. “Hola, Willy. ¿Cómo estás, ché? Te habla Yani, la amiga de ‘Rulo’. Él me dijo que podía hablarme con vos, estamos en Medellín. ¿Podemos vernos?”. 


Luego de fijar nuestro punto de encuentro estación Aguacatala , reconocerlas no fue, en lo absoluto, algo difícil. Cargando cada una su mochila Deuter: Women's Futura Zero 40 L Backpack, y para ‘alivianar’ peso, dos maletines más al hombro, Aldana de gorro rojo, y Yanina de cabello castaño, esperan con el mismo misterio que yo nuestro encuentro...

Luego de contar varias historias, de compartir un poco de música de cada lugar a donde llegaron, y tras varias cervezas acompañando los fideos vegetarianos que cenamos en mi apartamento, la pregunta era ya obvia: - “Hey, chicas. Tengo algo de mate de mi último viaje a Argentina, ¿quieren tomar?”. La respuesta, casi al unísono, fue un grito parecido al festejo de una eufórica ‘barra brava’ cuando celebra el  ‘gol’ de la victoria en un partido de fútbol. “Qué bueno que está, ché. No sabés como extrañábamos el tomar mate. Qué increíble”, dice Yani mientras ‘ceba’ el mate para todos. Ya la noche está tocando el timbre, y el sol poco a poco, se pierde a la distancia. “Esto vale celebrarlo. El mate me recuerda mi casa: mi vieja, mis amigos, todo. Qué grande, ché. Voy a poner algo de música. ¿Te gusta Yann Tiersen?”, va diciendo Aldana mientras se quita su sombrero rojo, y deja ver claramente como su cabello negro hecho dreadlocks combina a la perfección con unos ojos color aguamarina que adornan su pecoso rostro. 


Mientras el violín de Yann Tiersen, con su tema Sur le fil, invade tenuemente cada rincón de mi apartamento, es imposible no mirar los exóticos aretes, pulseras y collares que Yani viste sobre su cuerpo color canela. “Todo lo que pueda vestir, trato de hacerlo con mis manos. En el viaje aprendí muchas cosas, y bueno, ¿viste? Aún faltan un montón, pero las manualidades fueron una de ellas. Nos vestimos con ropa reciclada prácticamente”, expresa Yani, mientras deja escapar una bocanada del PIELROJA que sostiene en su mano izquierda. A su vez, Aldana mueve la cabeza al ritmo de la inmortal Giros de Fito Páez, mientras disfruta de los últimos sorbos de mate que aún quedan.


Luego de sentir la vibra de mis acompañantes, decidí sin dudar un segundo más–, cambiar los planes ya establecidos. Uds. son de Córdoba, Argentina, y yo soy de Córdoba, Colombia: ¡semejantes cordobeses somos!

William Puche: No pensé que su llegada a Medellín cambiaría muchas percepciones. Para serles francos, debo presentar un perfil para la nota final de ‘Géneros periodísticos’ en la Universidad, y ya había hecho algo… Pero como dicen por ahí: “Soldado que huye, sirve para otra guerra”, así que algo me dice que de Uds. debo hablar. ¿Qué dicen?

No seas boludo, ché. ¡Un montón te vas a atrasar! Un cero vas a sacar con nuestra historia. ¿Estás seguro?", pregunta Yani mientras mira a Aldana con tono escéptico.


W.P: Y claro. No todos los días se comparte con mochileros en casa. ¿Soltamos la primera pregunta?

 ¿Y qué decís vo’, Jani?
Y dale que no pasa nada, Aldi. ¡Preguntános lo que quieras, Willy!

Mientras Aldana se anima voluntariamente a responder mis preguntas, Yanina practica ágilmente swing de banderas en el balcón de mí apartamento para no perder el ‘ritmo’. Su sonrisa es inevitablemente notoria. Las banderas pareciera que fueran una parte más de su cuerpo.

W.P: Pregunta para Aldana: ¿Por qué escogiste la vida de mochilero?

Aldana Gómez: Elegí ser mochilera para viajar, para aprender. También, obvio, soy feliz haciendo esta vida. Me gusta conocer lo desconocido. El viaje te sorprende en cada paso del camino, y bueno, no todos tienen la fibra del mochilero.

W.P: Siempre he tenido una duda al respecto, ¿cuál es la diferencia entre mochilero y turista? ¿Cómo es esa diferencia?

A.G: Y mirá… El turista es quien sale a viajar en las vacaciones que tiene, en el momento que se lo permiten. Eso no significa que esté mal, pero bueno, para hacerte la diferencia con nuestro estilo de vida, tengo que decirte esto. En cambio, el mochilero sólo dice: “Me voy y no sé cuando vuelvo”. Nuestro trabajo es viajar, y cuando no estamos trabajando, también viajamos, así que todo el tiempo estamos en la ruta.

W.P: Equipaje necesario para cubrir cualquier eventualidad se debe tener en el camino. Veo en éste: hilos, condimentos, utensilios, juguetes, alpaca, pinzas, carpas, y muchas cosas más. La pregunta concreta es, ¿Qué NO es necesario para un mochilero portar en el equipaje?

A.G: El pasado. El pasado se debe quedar en el pasado. Sólo vivir el presente.

W.P: Todo el tiempo viajando y viajando: hoy aquí, mañana tal vez allá o no sé, ¿Existe la monotonía en tu vida?

A.G: No y sí (Risas). No, porque al viajar todos los días, absolutamente todo es distinto, pero hay veces que te quedas en un lugar, y el aburrimiento te dice: “Arrancá de acá o sino…”. Y bueno, en verdad todo los días se aprende del cambio, y de eso se aprende. Cuando logro hablar con amigos de la ‘facu’ (universidad), del país, que sé yo, siempre responden lo mismo: “…Y todo anda bien, todo anda igual”. La monotonía es el motor de las bocinas pitando todo el tiempo, de los que putean a diario, de la mala onda que se respira cuando se despierta la ciudad.

W.P: ¿Cómo toma la familia la idea de que un miembro del hogar sea mochilero?

A.G: Primero tenés que organizar todo en casa, en el estudio, en todo. Al principio de ‘pendeja’ (pre-adolescente) viajaba con amigos, pero no salía del país. Cuando decidí lanzarme al camino, le dije a mi ‘vieja’, me acuerdo en septiembre del 2008: “Ché, Ma’, en diciembre me voy a viajar”, y luego a los meses volví a tocar el tema y le dije: “Y no sé por cuánto tiempo”. Ella vio el crecimiento espiritual y físico en esos meses de preparación. ¡Y la mejor!

W.P: Nada mejor que el apoyo de la familia en las decisiones que uno, como individuo, toma seriamente. ¿Cómo se maneja el miedo en el camino?

A.G: La verdad es que muchos, pero muchos amigos hacen, por miedo, lo que todos los demás hacen. Si crees en el miedo, éste duerme en tus pupilas. Además, la ‘vibración positiva’ hace que la luz habite en tu viaje. Yo creo que el viaje es positivo, y lo positivo es lo que te lleva a ti.

W.P: Tantos kilómetros recorridos, tantas paradas y tantos lugares conocidos. ¿Cómo sobrevives el día-día? ¿Algún trabajo?

A.G: Y la plata es un ‘mal necesario’, ¿viste? Y sí, hay que comer, no se vive del aire. Yo vivo del arte, de las ideas que están flotando en mi imaginación. Trabajo en los ‘faros’ (semáforos) haciendo malabares y jueguitos. En Córdoba ya lo hacía, así que se me hace ‘re-copado’. También hago artesanías, manualidades (pipas de caña), tejidos (macramé), alpaca (filigrana), todo es actitud. A punta de malabares, aunque no creas, puedo comprar una tierra y construir un hogar.

W.P: Todo es actitud. Así es. ¿Cómo llegas a Colombia? ¿Cómo fue tu ruta?

A.G: De Córdoba, Argentina, llegué a Brasil. Ahí estuve dos meses de pueblo en pueblo, de ciudad en ciudad, hasta que un día me di cuenta que había llegado a Venezuela. Allí tardé ocho meses, y por estar de ‘ilegal’, llegué a Cúcuta, Santander, y pasé a Colombia. En cada país, te dan tres meses de permiso. Si se vence tu permiso, hay que salir del país, volver a entrar y renovar el permiso. Todo ese recorrido lo hice sola, todo a mi ritmo, a mi tiempo.

 ¡Chicos! Preparé más mate. ¿Alguno quiere tomar?¡Uhhh! Qué buena esa, Yani. De tanto hablar se me había olvidado que teníamos mate. !Qué ‘boluda’ soy!

Mientras Aldana ‘ceba’ el mate esta vez, Yani entiende por mi forma de mirarla, que el tiempo de su intervención ha llegado.“¡Srta. Aguirre! Venga y siéntese en el estrado. Su interrogatorio ha empezado”. La carcajada en ella es inmediata y con una sonrisa de ‘oreja a oreja’, me dice: “Dale, ché. ¿Qué quieres saber?”

W.P: Contigo voy a ser algo sentimental (Risas). No mentira. Hablando fuera de broma, ¿Desde cuándo empezaste a viajar?

Yanina Aguirre: ¡Desde hace ‘ufff’! Qué montón de tiempo ando viajando, ché. A partir de los 16 años. En un momento sólo era por los alrededores de la Argentina, luego, poquito a poquito, ya estaba conociendo Chile, Bolivia, Paraguay… Hoy estoy en Colombia: el próximo paso no sé donde será, pero quiero conocerlo.

W.P: Ya hace tiempo que estás fuera de casa. ¿Qué es lo que más extrañas de tu hogar?

Y.A: La familia, ¿cómo se olvida uno de la familia? Es imposible hacerlo. Extraño a mi perra Kristal, mi perro Lechuga, los mates con criollito de la mañana, las tardes con mi ‘abue’ Aydé (abuela), las peleas con mi hermano Miguel… Pero bueno, soy una guerrera de luz, y me encanta hacer lo que hago. Siempre me soné así.

W.P: ¿Qué se aprende en sí en el camino?

Y.G: Y, aprendí a respetar opiniones, y tomar decisiones. Aprendí a sacarme la ‘mala onda’, y ante todo, aprendí a caminar: ¡Qué ‘copado’!

W.P: ¿Alguna experiencia inolvidable en el viaje?

Y.G: Me encantan los deportes extremos. En las playas de Manglaralto (Ecuador), aprendí a surfear. Hice sandboarding en el desierto de San Pedro de Atacama (Chile). Conocer Machu Pichu (Perú) ha sido increíble: mucha historia, el espíritu nativo aún permanece allí. Se puede tocar las nubes en ese lugar.

W.P: ¿Y la experiencia en Colombia cómo ha sido? ¿Cómo te ha tratado mi patria?

Y.G: Este es un país que todos los mochileros amigos que hemos conocido nos han recomendado. A Colombia entré por Rumichaca, luego Ipiales, de ahí Pasto hasta Popayán… Me enamoré profundamente de Cali: ¡Qué grande esa ciudad! Andaba todo el día bailando ‘salsa brava’. Esta canción me la aprendí de tanto cantarla: |”…Cali pachanguero / Cali, luz de un nuevo cielo…”|
Qué ‘temazo’. Increíble.

W.P: Bastante lindo es Cali. Es una gran ciudad. Hay algo que no entiendo, ¿cómo das con Aldana? ¿Se conocían de Córdoba?

Y.G: No, para nada. Córdoba es la segunda ciudad más grande de Argentina, así que ni por ahí. Nada de nada. Con Aldi, me conozco en Bogotá (Colombia) en una casa de ‘locos’ (mochileros). Nos reconocimos por el acento, y claro, estaba ‘piola’ que las dos fuéramos de Córdoba, así que nos hicimos re-amigas al instante.

W.P: Nada es coincidencia en la vida para mí. Conociste compañera de viaje, y de la misma tierra para rematar. ¿Y de Bogotá para donde fueron?

Y.G: Y de Bogotá, nos fuimos en un ‘circo-camión’ hasta Bucaramanga. Allí hacíamos lo suficiente para seguir en la ruta. Malabares en el ‘faro’, ventas de artesanías… Ganábamos lo suficiente con nuestros gustos abordo. Pero el ritmo del ‘circo’ nos aburrió y decidimos irnos para La Guajira y conocer por esa zona.

W.P: ¿Cómo fue la experiencia en La Guajira?

Y.G: Increíble. Todo es lindísimo allá. Lo primero que conocimos fue Riohacha, de ahí nos fuimos a Santa Marta. Yendo de Santa Marta para Tagánga, vimos un paisaje hermoso, y le dijimos al conductor del colectivo que nos dejara en la carretera. Ese divino paisaje se llamaba Palomino.

W.P: ¿Una palabra para describir Palomino?

Y.G: Mangos. Cocos. Mar. Brisa. Palomino es tierra de PAZ.

W.P: Hay que conocer Palomino. En estos días lo visitaré. ¿Y de Palomino para donde arrancaron?

Y.G: Nos fuimos para Tagánga de nuevo, y pasamos por Santa Marta una vez más. De Santa Marta, con una plata que habíamos juntado, nos fuimos, directo, para acá, para Medellín. 13 horas de viaje, boludo. (Risas)

W.P: Y de esta nueva parada, ¿siguen para Argentina?

Y.G: La idea es llegar a  Argentina, pero sin planearlo. El próximo destino, es lo desconocido. Aunque, la verdad es que queremos conocer San Agustín (Huila).

W.P: ¿San Agustín? Qué mal colombiano soy. Uds. conocen más mi país que yo. ¿Por qué San Agustín?

Y.G: Y, porque es montaña, ríos y cascadas. Naturaleza, frío, tranquilidad y opio. Queremos conocer allá porque entenderemos muchas respuestas.


– !Ché! ¿Todavía están con esto? ¡Qué largo que está!

– Faltabas tú en la mesa… Te dábamos por dormida. Ya que hablaste, responde esta penúltima pregunta: Luego de llegar a Argentina, ¿Qué tienen planeado?

A.G: Llegar, y seguir.

W.P: ¡Qué espíritu! No han llegado, y ya están con ganas de continuar con el recorrido. ¿Cómo viven el amor? ¿El amor cambia algo?

Y.G: Y, es como todo, ¿viste? Si querés cambiar tu ruta, podés hacerlo por alguien. Siempre se viene y se va desde un camino. No nos negamos a enamorarnos, nos encanta el amor. Nos la jugamos por AMOR.

Mochileras a morir que siguen cada latido de su instinto, cada pulsación de su brújula, y ante todo una magia que convence que todo estará mejor. Dos personalidades en común, con muchas cualidades en contra, pero ante todo, una espiritualidad que, no sólo te brindan confianza, sino que irradian pureza, alegría y ‘buena vibra’.

– ¡Niñas! Los mejores deseos para ambas. Me ha encantado compartir este espacio/tiempo con personas cómo Uds., así que espero que los pies no se cansen de viajar nunca, y que cada vez, recorran mucho más. Recuerden que Colombia, es su casa, siempre.

W.P: ¿Una canción para despedirnos?

A.G / Y.G: El payaso y la nariz’. No nos sabemos el nombre de quien la canta, pero es un ‘temazo’, ché. En Venezuela, la ‘re-rompen’ con ese tema.